Curiosidades sobre la coca de llanda
Si hay un bizcocho típico en la repostería de la Comunidad Valenciana es la coca de llanda. En cada una de las provincias tiene una denominación: coca boba en Alicante, coca mal feta (coca mal hecha) en Castellón y coca de llanda en Valencia. También se le llama coca de mida (coca de medidas).
Independientemente del nombre, el común denominador, además de los ingredientes, es que se hace sobre una placa o “lata” de horno (llanda en valenciano), generalmente de forma rectangular.
Se trata de una receta muy muy sencilla, pero con un resultado estupendo. Es un bizcocho que se puede usar como base para otras recetas, por eso la podemos encontrar con manzana, con crema o con pepitas de chocolate, entre otros ingredientes.
En esta entrada os traigo mi versión con espelta blanca, además de algún que otro truco para que os salga tan esponjosa como la que se compra en los hornos, pero con la satisfacción de haberla hecho con vuestras manos. Ánimo que es muy fácil!!!
Receta
Ingredientes para la coca de llanda de espelta
- 3 huevos medianos
- 500g de harina de espelta blanca
- 350g de azúcar (moreno o blanco al gusto, pero no integral)
- 500ml de leche
- 250ml de aceite de girasol
- Ralladura de limón
- Canela (opcional)
- 3 gaseosas dobles de papelillo
Un par de apuntes sobre los ingredientes. Con 350g de azúcar la coca de llanda no sale muy dulce, de hecho, encontraréis recetas que añaden hasta 500g. En mi opinión, no debemos abusar del azúcar, por lo que suelo poner menos cantidad de la que se indica en las recetas.
Respecto al aceite, yo utilizo de girasol porque no da sabor. Pero si lo preferís, podéis emplear aceite de oliva siempre que sea suave, para que no anule el sabor del resto de ingredientes.
Preparación del horno
Antes de empezar con los ingredientes, ponemos a precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo y forramos con papel de hornear el molde que vayamos a utilizar. Si vais a usar un molde de aluminio desechable o de papel, no es necesario forrarlo.
Las cantidades de esta receta sirven para un molde de 38,5 x 25,5 x 2 centímetros de alto o de 30 x 19 x 6 centímetros de alto. Si usáis un molde más pequeño, debéis aseguraros que la altura es suficiente para que no se desborde. Y si usáis un molde más grande, simplemente os saldrá una coca más bajita.
Elaboración de la receta
Poner los huevos en un bol bastante hondo y batirlos con energía hasta que empiecen a hacer espuma. Os recomiendo que utilicéis una batidora con accesorio de batir, porque si no, os vais a dejar el brazo 😉
Añadir el azúcar, dejando un poco para espolvorear antes de meter al horno, y continuar batiendo hasta que el azúcar se haya disuelto y la mezcla esté bien esponjosa.
TRUCO: Cualquier tipo de azúcar que no sea blanca o refinada, tarda más en disolverse, por lo que es posible que vuestros bizcochos no salgan tan esponjosos como os gustaría. Mi truco es moler o triturar el azúcar antes de utilizarlo, hasta que se convierta en azúcar en polvo. Yo suelo utilizar un molinillo de café para ello.
Añadir el aceite en forma de hilo y sin dejar de batir, para que se integre perfectamente. Después añadir la ralladura de limón y batir un poco más.
Añadir la leche de la misma forma que el aceite y batir hasta que quede completamente integrada.
Añadir la harina poco a poco, tamizada, removiendo bien hasta que se integre y no deje grumos. Este paso yo lo hago con un batidor manual para no sobrebatir la mezcla. De esta forma, conseguiremos un bizcocho muy esponjoso.
Incorporaremos las gaseosas de papelillo de una en una, es decir, un sobre doble cada vez, removiendo antes de incorporar el siguiente para que quede bien repartido. Veréis que, enseguida, la masa empieza a cambiar de aspecto llenándose de burbujas.
Cuando ya tengamos todo integrado, vertemos la masa en el molde forrado, la espolvoreamos con el azúcar que hemos reservado al principio y la metemos al horno. Si os gusta podéis añadir canela molida junto con el azúcar, pero esto es un ingrediente opcional.
Cuando el azúcar se hornee, creará una costra dulce y un poco crujiente en nuestra coca de llanda que servirá como decoración.
Necesitará unos 40 minutos para cocerse, pero dependerá de cada horno y del tamaño del molde que hayamos utilizado.
ADVERTENCIA: No debemos abrir el horno durante los 20–25 primeros minutos de cocción, si no, nuestra coca se bajará y ya no volverá a subir, quedando aplastada en lugar de esponjosa.
Pasados los primeros 20–25 minutos de cocción, si vemos que se dora demasiado por arriba, podemos cubrirla con un papel de hornear o de aluminio durante el resto del tiempo de horneado.
Una vez se han cumplido los 40 minutos, pinchamos en el centro hasta tocar el fondo del molde, con un palillo o aguja de tejer y, si sale limpia, ya está terminada. En caso contrario, la horneamos 5 minutos más y volvemos a probar con el palillo.
Apagamos el horno y la dejamos enfriar totalmente dentro de su propio molde antes de cortarla. Esto se hace para evitar que se nos rompa al manipularla, a la vez que la coca se mantiene esponjosa.
Una vez fría, ya está lista para disfrutarla. ¿A que no ha sido difícil? Espero que os animéis a hacerla pero, por si os queda alguna duda, aquí os dejo un video con la receta.
¡¡Buen provecho!!
Deja un comentario