El mes pasado fue el cumpleaños de mi hijo mayor. ¡Madre mía 10 años ya!
Se que todo el mundo que tiene niños en su entorno dice lo mismo: ¡Cómo crecen! ¡Pero si parece que fue ayer cuando aprendió a andar! Pero es que es cierto. Cuando llegan los cumpleaños, todo el mundo echa la vista atrás en el tiempo y recuerda cosas que el frenético día a día no nos deja saborear.
Y hablando de saborear… Cada vez que en nuestra familia se celebra un cumpleaños, toca hacer tarta nueva (o repetir la que más ha gustado, je je). Como ya sabéis, tengo una niña alérgica al huevo y mi marido no puede comer trigo, por lo que en cada celebración que implica comer dulces (cumpleaños, Navidades, Semana Santa), tengo que “idear” o “tunear” alguna receta para que también ellos puedan disfrutar como los demás.
En esta ocasión tocaba tarta de cumpleaños, y además para muchos: ¡nada más y nada menos que 23 bocas contando a niños y mayores! Vamos, que no nos aburrimos…
En esta receta os traigo una tarta de chocolate con KitKat y, evidentemente, un bizcocho sin huevo. Este tipo de tartas no quedan especialmente ligeras, al no llevar huevo la masa no es muy esponjosa que digamos, pero no implica que su sabor no sea bueno, sobre todo unido a un buen ganaché de chocolate. Una bonita decoración también ayuda, ya sabéis que respecto a la comida, habitualmente, lo que no entra por los ojos no entra por la boca ;))
No quiero echarme flores, pero no debió salir tan mal porque hasta mi pequeña, que no es muy de dulces, comió dos trozos. Sólo sobraron dos raciones para mis primos que tuvieron que marcharse antes, lo cuál no está nada mal teniendo en cuenta el gran tamaño que tenía la tarta. Bueno, no me enrollo más que parezco una persiana, je je. Os dejo con la receta.
INGREDIENTES DE LA TARTA DE CHOCOLATE SIN HUEVO
Para el bizcocho (yo hice dos, uno para cada capa)
250 ml de leche
Un sobre de levadura química en polvo (por ejemplo de la marca Hacendado)
125 ml de aceite de girasol
150 gr de azúcar blanco (podéis poner más o menos, según os guste de dulce)
300 gr de harina blanca de espelta
Una cucharada sopera de esencia de vainilla o de azúcar vainillado o media de vainilla en polvo (opcional)
Para el almíbar
Medio vaso de azúcar blanco
Medio vaso de agua
Las cortezas de media naranja, de una mandarina o de un limón, según os guste, incluso podéis poner canela
Para cubrir la parte superior
Ganaché de chocolate blanco, para el que necesitaremos 150 ml de nata para montar y 300 gr de chocolate blanco
Para el relleno y la cobertura de los bordes
Ganaché de chocolate con leche, para el que necesitaremos 300 ml de nata para montar y 450 gr de chocolate con leche
Para la decoración
KitKat para el contorno y para la parte de arriba, yo compré unas bonitas mariquitas de chocolate, pero podéis utilizar lo que más os guste, como por ejemplo lacasitos
Primero preparamos el bizcocho. Mi tarta tenía que ser grande y usé un molde desmontable de 26 cm, y como sólo tengo uno, tuve que hacer dos masas, una para cada capa. Si utilizáis un molde más pequeño, saldrá un bizcocho más alto, por lo que con uno tendréis suficiente, ya que se puede abrir por la mitad para rellenar.
Precalentamos el horno a 180º C, pincelamos el molde o moldes con aceite y reservamos mientras preparamos la masa. Mezclamos la leche con la levadura en polvo, añadimos el azúcar, el aceite y la esencia de vainilla o lo que hayamos elegido y removemos. Después incorporamos la harina poco a poco, removiendo muy bien cada vez, para que no queden grumos. Ponemos la masa en el molde y lo metemos al horno con calor arriba y abajo (si vuestro horno tiene ventilador, ponedlo también, ayuda a repartir el calor). A los 10 minutos (o antes, según sea vuestro horno) habrá empezado a subir y a coger color, entonces bajamos la temperatura hasta los 150º C y dejamos que siga haciéndose. Para comprobar si ya está pinchamos en el centro con un palillo o una aguja de hacer punto. Si salen limpios es que está completamente hecho. Los míos tardaron unos 30 minutos cada uno.
Sacamos el bizcocho del horno y dejamos que se enfríe unos minutos. Cuando el molde no queme, sacamos el bizcocho y dejamos que se enfríe por completo. El mío había hecho “montañita” en el medio al subir en el horno, como si fuera una magdalena de 26 cm, ja ja. Para que se quedara uniforme, lo puse a enfriar sobre una superficie dura cubierta de papel de horno, (por ejemplo el banco de la cocina), apoyado sobre la “montañita” para que se quedara igual de plano que por abajo. Si no, también podéis recortar lo que sobra para igualarlo.
Mientras el bizcocho o bizcochos se enfrían, vamos a preparar el almíbar para mojarlos. Ponemos en un cazo el azúcar con el agua y las cortezas de naranja o limón, lo removemos bien para que empiece a disolverse el azúcar y lo ponemos al fuego. Sin dejar de remover esperamos a que empiece a hervir y lo retiramos, dejando que se enfríe completamente antes de utilizarlo.
Mientras continúan los procesos de enfriado, vamos a preparar el ganaché de chocolate, tanto para el relleno como para la cobertura. Ambos se preparan de la misma forma. Ponemos en un cazo la nata para montar líquida y la calentamos hasta que empiece a hervir, la retiramos del fuego y vamos añadiendo poco a poco porciones de chocolate, removiendo hasta que se haya fundido completamente. Yo utilicé unas varillas de batir manuales para que no quedaran grumos, pero se puede hacer con un tenedor. Una vez terminado, los dejamos enfriar para poder utilizarlos después. Antes de usarlos deben tener una textura espesa y untuosa, parecida a la nocilla de la merienda de los niños.
Ahora vamos a empezar la operación más delicada, que es el montaje de nuestra tarta. Para ello usaremos un plato grande o una bandeja para tartas, según el tamaño del bizcocho. Colocamos la primera capa, retiramos las pieles que teníamos en el almíbar y mojamos nuestro bizcocho con la mitad del líquido más o menos. Luego, ayudándonos de una espátula o cuchara, ponemos una buena capa de ganaché de chocolate con leche, teniendo la precaución de no llegar demasiado a los bordes. Ponemos la segunda capa de bizcocho y la mojamos con el resto del almíbar. Esta capa la cubriremos con el ganaché de chocolate blanco, intentando que quede lo más liso posible, ya que es lo que se va a ver cuando presentemos la tarta a nuestros invitados.
Separamos las barritas de KitKat con un cuchillo para que queden uniformes. Podemos ponerlas enteras o partidas por la mitad, como más os guste. Untamos ganaché de chocolate con leche por todo el borde de la tarta y vamos pegando las barritas una al lado de otra, procurando no dejar huecos entre ellas. Debemos cubrir todo el contorno. Luego ponemos el adorno de la parte superior. Eso ya queda a vuestra imaginación, podéis decorarla como más os guste o según las preferencias del cumpleañero o cumpleañera.
Yo os dejo una muestra de cómo quedó la mía. Os aseguro que para los golosos es estupenda.
¡Que aproveche!!!!!!!!!!
Deja un comentario