Hay un refrán que dice: «No sólo de pan vive el hombre», asi es que, vamos a tomarlo al pie de la letra y seguiremos con el dulce 😉
La receta que os traigo es típica de las fiestas navideñas. El Tronco de Navidad o Bûche de Noël en francés, es un postre típico que se sirve durante estas fechas en muchos países europeos, y que tiene su orígen en Francia. Si queréis saber más sobre su historia, podéis echar un vistazo aquí.
Siento deciros que no he conseguido hacerlo sin huevo. El bizcocho que se utiliza debe ser muy flexible y esponjoso para poder enrollarlo, y no he conseguido nada parecido sin que lleve este ingrediente.
No es la primera vez que hago este postre. Otros años lo he rellenado de crema o trufa, pero este año he decidido probar con una crema de turrón, por aquello de que es lo que toca en estas fechas. Pero podéis elegir el que más os guste, seguro que os saldrá buenísimo.
Como se me ha echado el tiempo un poco encima, sólo os pongo fotos del resultado, pero el próximo que haga intentaré documentarlo con más detalle. Bueno, vamos a empezar que, aunque no es difícil, sí es un postre entretenido que requiere su tiempo.
Ingredientes del tronco de Navidad de espelta blanca
Para el bizcocho
- 75 gr de harina de espelta blanca
- 50 gr de harina fina de maíz (maicena)
- 5 huevos
- 120 gr de azúcar
Para el relleno
- 250 ml de nata líquida para montar
- 200 gr de turrón blando
Para la cobertura
- 60 gr de chocolate de cobertura
- 50 ml de nata líquida para montar
- un poco del relleno
Vamos a empezar por el relleno, pero antes enciende el horno a 180º C con calor arriba y abajo para que se vaya calentando.
En un recipiente pondremos el turrón blando desmenuzado, añadiremos 100 ml de nata y pasaremos por la batidora hasta conseguir una crema uniforme. Montaremos los otros 150 ml de nata y se lo añadiremos a la crema, mezclando con una espátula muy suavemente hasta que esté todo bien integrado. Reservaremos esta mezcla en el frigorífico para que vaya tomando cuerpo.
Ahora prepararemos el bizcocho. En un bol pondremos dos huevos enteros y tres yemas, añadiremos el azúcar y lo batiremos hasta que la mezcla empiece a blanquear. En otro bol tendremos las otras tres claras, que vamos a montar a punto de nieve con un pellizquito de sal. Con la ayuda de una espátula y con mucho cuidado para que no se desmonten, juntaremos las claras con la mezcla anterior de huevo y azúcar. Cuando todo este bien mezclado, añadiremos poco a poco las harinas tamizadas y mezclaremos con suavidad hasta que tengamos una mezcla homogénea y sin grumos.
Prepararemos la bandeja del horno poniéndole un papel de hornear, o en su defecto, engrasándola muy bien. Pondremos toda la mezcla en la bandeja y, con una espátula, la repartiremos por igual, intentando alisar la superfície lo más posible. Meteremos la bandeja al horno precalentado y coceremos el bizcocho a 180º C durante 15 minutos. Recordad que el tiempo puede variar en función de vuestro horno y que se trata de conseguir una plancha fina de bizcocho esponjoso, por lo que debéis vigilar para que no se pase de cocción. Utilizad la prueba del palillo. Cuando lleve diez minutos en el horno, no antes, pinchad el bizcocho con un palillo, si sale limpio es que ya está.
Sobre el banco o mesa de trabajo pondremos otra hoja de papel de hornear, sacaremos el bizcocho del horno y lo volcaremos encima, dejando en la parte de arriba el papel que ha estado en contacto con la bandeja de hornear. Si no tenéis este papel, podéis utilizar un paño de cocina mojado y muy escurrido para volcar el bizcocho. Despegaremos el papel superior con mucho cuidado y enrollaremos el bizcocho utilizando el papel (o el paño mojado) sobre el que lo hemos puesto en el banco.
Esperaremos a que el bizcocho se enfríe del todo antes de rellenarlo. Lo desenrollaremos y lo untaremos con la crema de turrón que hemos preparado, reservando una pequeña parte para la cobertura. Volveremos a enrollarlo sin apretar, lo envolveremos con el papel de hornear o el paño húmedo y lo meteremos en la nevera durante una hora para que adquiera consistencia.
Pasado este tiempo y antes de sacarlo de la nevera, prepararemos la cobertura. Fundiremos el chocolate con los 50 ml de nata, añadiremos el resto de relleno que habíamos reservado y mezclaremos hasta que tenga una textura homogénea. Sacaremos el bizcocho de la nevera, cortaremos en ángulo una o las dos puntas, según la forma que queramos darle. Las colocamos junto al tronco, pegándolas con un poco de cobertura y con el resto, bañaremos todo el bizcocho. Adornamos a nuestro gusto y… listo!!!!
Así es como quedó el mío
Lo que podéis ver de color verde encima de la cobertura es azúcar de color. Os dejo una foto más detallada del corte para que podáis ver cómo queda el relleno.
Yo os recomiendo que lo hagáis de un día para otro, ya que cuanto más tiempo pase en la nevera más consistencia tendrá el relleno y la cobertura.
Espero que lo disfrutéis, a nosotros no nos sobraron ni las migas 😛
FELIZ NAVIDAD!!!
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